miércoles, 26 de julio de 2017

NUEVO BLOG

Hola:

Dejó el enlace de mi nuevo blog. Procuraré subir contenido cada semana, si tienes algún comentario sobre que temas te gustaría leer, déjalo en la caja de comentarios para tenerlo presente.

Este blog lo utilizaré para cuestiones personales, el otro procuraré que sea más profesional.

Saludos!!!


 haahiltuukul.blogspot.mx

sábado, 8 de julio de 2017

Dejar de hablar con las imágenes del pasado

Hace unos días me encontraba navengando en la red social de LinkedIn que está enfocada exclusivamente a profesionistas y currículos y uno de ellos, el profesor Juan José Díaz, había publicado recientemente un artículo titulado "Dejemos de hablar con las imágenes del siglo pasado". El título del artículo es de por sí muy sugerente y me parece expresa una profunda realidad: Las imágenes usadas por los diversos grupos sociales y políticos para categorizar la realidad del siglo XXI son pobres, reduccionistas y por ende
no aplicables para expresar la realidad actual.

Esto podría parecer una reflexión con poco contacto con la realidad mas el autor logra reconocer algo que no muchos se dan cuenta: Las categorías usadas para expresar la realidad, al no tener vigencia y corresponder a una realidad ya lejana, sólo terminan creando más conflictos, conflictos falsos y atados a un pasado que no sólo no ayuda a construir un nuevo futuro, sino que continua arrastrando incomprensiones y odios sin ninguna validez actual. Ahora sí que a vino nuevo, odres nuevos.

En conclusión, si se quiere realmente analizar y superar la realidad actual, hay que cambiar el marco discursivo por uno que explique la realidad del siglo XXI, y en nuestro caso, la realidad del México de hoy para poder enfrentar de manera realista el presente, cambiarlo y avanzar a un mejor futuro sin falsas y antiguas contraposiciones hoy absurdas.

Para finalizar, me parece importante, como opinión personal, recordar la idea que Heidegger tenía sobre el lenguaje: Nuestro mundo es tan amplio como nuestro lenguaje, es decir, como la conceptualización que tenemos de la realidad y que un cambio en el lenguaje cambia la perspectiva y comprensión de la realidad misma. Muy acertada la crítica de este profesor y muy necesaria en un México donde diferentes grupos sociales o políticos siguen manipulando a las masas con conceptos y lenguajes que nada ayudan al
progreso del país sino a crear más división y odio.

FUENTE
https://arrobaeudoxa.wordpress.com/2014/11/25/dejemos-de-hablar-con-las-imagenes-del-siglo-pasado/

viernes, 11 de marzo de 2016

Las veinticuatro tesis tomistas

Las veinticuatro tesis tomistas son las premisas fundamentales de la filosofía que sostuvo Santo Tomás de Aquino y que por lo mismo sostienen todo su pensamiento. Dichas tesis van entrelazadas por lo que solo son entendibles como conjunto, de ahí la fortaleza de su sistema que puede ofrecer todavía mucha riqueza al pensamiento, sobretodo en un contexto tan marcado por el posmodernismo como lo es la sociedad occidental.

Cuando Eduardo Hugon, O.P., realizó dicha recopilación lo hizo diviendo las tesis en cuatro grupos:
  1. Las tocantes a la ontología: Tesis I-VII
  2. Los tocantes a la cosmologia (hoy filosofía de la naturaleza): Tesis VIII-XII
  3. Las referentes a la biología y psicología (antropología filosófica): Tesis XIII-XXI
  4. Las referentes a la teodicea: Tesis XXII-XXIV
A continuación se mencionará cada tesis.


TESIS ONTOLÓGICAS 

Potencia y acto

Tesis I:
La potencia y el acto dividen el ser de tal modo que todo cuanto existe, o bien es acto puro, o bien es acto compuesto necesariamente de potencia y acto como primeros e intrínsecos.

Tesis II:
El acto, por lo mismo que es  perfección, no está limitado sino por la potencia, que es capacidad de perfección. Por consiguiente, en el orden en que el acto es puro no  puede sino ser universal y único; por el lado en que es finito y multiple, entra en verdadera composición con la potencia.

Esencia y existencia

Tesis III:
Por lo tanto, en la absoluta del ser, en sí mismo, sólo subsiste Dios único y simplísimo, y todas las demás cosas que participan del ser tienen una naturaleza donde el ser se halla restringido, y están constituidas o compuestas de esencia y existencia como de principios realmente distintos.

Tesis IV:
La noción de ente se aplica a Dios y a las creaturas, no de una manera univoca, ni tampoco puramente equívoca, sino más bien analógica, con analogía de atribución y proporcionalidad

Sustancia y accidentes

Tesis V:
Hay, además, en toda creatura, composición real de un sujeto subsistente con otras formas secundarias añadidas, llamadas accidentes; y está composición no se comprendería sino fuera recibido el ser un una esencia distinta de él mismo.

Tesis VI:
Además de los accidentes absolutos, hay un accidente relativo, como tendencia hacia algo. Aunque tal relación de tendencia hacia alguna cosa no significa que propiamente una cosa inherente a un sujeto, tiene amenudo su causa en las cosas, y, por lo msimo, una real entidad distinta del suejto.

Tesis VII
La creatura espiritual es plenamente simple en su esencia. Pero queda en ella una doble composición, la de la esencia con la existencia y la de la sustancia con los accidentes.

TESIS COSMOLÓGICAS

Materia y forma

Tesis VIII:
La creatura corpral, en cuanto a su esencia, esta compuesta de potencia y acto, y esta potencia y acto, del orden de la esencia, se designa con los nombres de materia y fomra

Tesis IX:
Ninguna de estas dos partes (de la esencia de las criaturas corporales: materia y forma) tiene por
sí misma el ser, ni se produce o corrompe por sí; y no se incluyen entre los predicamentos, más que
por reducción en cuanto son principios substanciales.




La cantidad

Tesis X:
Aunque la extensión en partes integrales se sigue de su naturaleza corpórea, sin embargo, para el
cuerpo no es lo mismo ser substancia que ser extenso. La substancia, en cuanto tal, es indivisible, no
a la manera del punto, sino como aquello que no pertenece al orden de la dimensión. La cantidad,
que da la extensión a la substancia, difiere realmente de ésta, y es un accidente en sentido propio.

El principio de individuación

Tesis XI:
La materia determinada por la cantidad es principio de individuación, o sea, de la distinción
numérica -que no puede darse en los espíritus puros- entre un individuo y otro que tienen la misma
naturaleza específica.



El lugar

Tesis XII
La cantidad hace también que el cuerpo esté circunscrito en un lugar, y que de ese modo sólo en
un lugar pueda estar, cualquiera que sea la potencia que se considere.

 TESIS BIOLOGICAS Y ANTROPOLÓGICAS

El principio de la vida orgánica y de la vida sensitiva

Tesis XIII: 
Los cuerpos se dividen en dos grupos: algunos son vivos y otros carecen de vida. En los
vivientes, para que el mismo sujeto posea de por sí una parte motora y una parte movida, la forma
substancial -designada con el nombre de alma- requiere disposición orgánica, es decir, partes
heterogéneas.

Tesis XIV:
Las almas de orden vegetativo y sensitivo ni subsisten ni son producidas por sí mismas, sino
únicamente son en cuanto principios por los que el viviente es y vive; y como dependen totalmente
de la materia, una vez que se corrompe el compuesto (de alma y materia), ellas se corrompen
inmediatamente per accidens.

El alma humana, su naturaleza, origem y destino
Tesis XV
Por el contrario, el alma humana subsiste por sí misma, puede ser infundida con el sujeto
suficientemente dispuesto, es creada por Dios y por su misma naturaleza es incorruptible e inmortal.

Unión del alma y el cuerpo

Tesis XVI: 
Esta alma racional se une al cuerpo como su única forma substancial por la que el hombre es
hombre, animal, viviente, cuerpo, substancia y ente. Por tanto, el alma da al hombre todo grado
esencial de perfección, y además comunica al cuerpo el acto de ser por el que ella misma es.
 
Las facultades

Tesis XVII
Del alma humana dimanan, como resultado natural, dos órdenes de facultades, orgánicas e
inorgánicas. El sujeto de las primeras, a las que pertenecen los sentidos, es el compuesto (de alma y
cuerpo); el de las segundas es el alma sola. El entendimiento es, por tanto, una facultad
intrínsecamente independiente de todo órgano corporal.



Teoría del conocimiento, objeto del espíritu humano



Tesis XVIII
El ser intelectual o inteligente se sigue necesariamente de la inmaterialidad, de modo que los
grados de intelectualidad siguen a los grados de alejamiento con respecto a la materia. El objeto
adecuado de la intelección en general es el ente; pero el objeto propio del intelecto humano, en su
estado actual de unión al cuerpo, se limita a la esencia de las cosas abstraída a partir de las
condiciones individuales de la materia.
 
El origen de nuestras ideas

Tesis XIX
Por tanto, recibimos el conocimiento a partir de las cosas sensibles. Pero como lo sensible no es
inteligible en acto, hay que admitir en el alma, además del intelecto que propiamente entiende, un
poder activo que abstraiga las semejanzas (species) inteligibles a partir de las imágenes sensibles de
la fantasía.


Nuestra manera de conocer



Tesis XX
Por medio de esas semejanzas intelectuales o especies inteligibles conocemos directamente lo
universal (o la naturaleza) de las cosas; lo singular lo percibimos con los sentidos, y también con el
entendimiento al mirar éste en las imágenes sensibles; y, por analogía, ascendemos al conocimiento
de las realidades espirituales.



La voluntad y el libre albedrío

Tesis XXI
La voluntad sigue al entendimiento, no lo precede, y quiere necesariamente aquello que le es
presentado como un bien que sacia por completo su deseo; pero elige libremente entre aquellos
bienes que se le proponen para ser queridos por un juicio o estimación variable. Por consiguiente, la
elección sigue al juicio práctico último, pero es la voluntad la que hace que ese juicio sea el último.

TEODICEA

Demostración de la existencia de Dios
 
Tesis XXII
Conocemos la existencia de Dios, no por una intuición inmediata, ni por una demostración a
priori, sino a posteriori, es decir, a partir de las cosas creadas, argumentando desde los efectos hasta
la causa del siguiente modo: partiendo de las cosas que están sujetas a movimiento y no pueden ser
ellas mismas el principio adecuado de ese movimiento, hasta llegar a un primer motor inmóvil;
partiendo del producirse de las cosas de este mundo por causas subordinadas entre sí, hasta llegar a
una primera causa incausada; a partir de las cosas corruptibles, que pueden indiferentemente ser o
no ser, hasta llegar a un Ente absolutamente necesario; a partir de las cosas que, según perfecciones
disminuidas de ser, vivir y entender, son, viven y entienden en diversos grados, hasta llegar a Aquel
que es en grado máximo inteligente, viviente, ente; por último, a partir del orden del universo,
llegamos a una inteligencia separada que ordenó, dispuso y dirige las cosas hacia el fin.


La esencia divina
 
Tesis XXIII
La Esencia Divina se nos propone rectamente, como constituida en su noción metafísica,
diciendo que se identifica con la actualidad ejercida del mismo ser; o diciendo que es el mismo Ser
subsistente; y por esto mismo se nos manifiesta su infinidad de perfección.

La ciencia de Dios

Tesis XXIV
Por la misma pureza de su Ser, Dios se distingue de todas las cosas finitas. De lo que se infiere,
en primer lugar, que el mundo no pudo proceder de Dios más que por creación; en segundo lugar,
que el poder creador, que por sí y primariamente alcanza al ente en cuanto ente, no puede ser
comunicado a ninguna naturaleza finita, ni por un milagro; por último, que ningún agente creado
puede influir en el ser de ningún efecto, más que en virtud de la moción recibida de la Causa primera. 


viernes, 6 de marzo de 2015

Importancia de la observación en psicología






Resumen
La observación es un aspecto fundamental de la ciencia. Sin embargo, se encuentra condicionada por diversos factores como la fisiología y psicología del observador. Tiene diferente valor para las ciencias naturales y las ciencias sociales al tener objetos de estudios diferentes. La psicología debe ser consciente de dichas diferencias tanto en la aplicación del método experimental como en la observación como método independiente. Es importante ser conscientes de ellas porque tiene afectación no solo teórica sino también existencial en la investigación y praxis de la psicología. 


Uno de los aspectos más importantes de la investigación científica es la observación. La observación es la fuente primaria de la que se recogen datos de la realidad a estudiar, condiciona las relaciones de causa y efecto que en un primer momento puedan inferirse de la misma y enmarca en la experiencia el planteamiento de las hipótesis que en un paso posterior dan pie a la experimentación.
 
Sin embargo, la observación tiene diferentes funciones dependiendo de la ciencia en cuestión. No es lo mismo la observación de un fenómeno natural como el desarrollo de una planta (ciencias naturales) a la observación de realidades personales o sociales como en el caso de la psicología o de la sociología (ciencias sociales). Esto se debe a algo que afecta cualquier tipo de observación: La constitución fisiológica del observador, la percepción e ideas que distorsionan la realidad percibida, los valores del observador, su forma de ser, etc.
Resultado de imagen para experimentacion quimicaLo anterior no niega el valor de la observación que, además, es solo un primer paso ya sea en las ciencias naturales o en las ciencias sociales o humanas mas es patente la diferencia existente entre observar un objeto, en este caso el desarrollo de  una planta, a observar el comportamiento de una persona.  Es decir, en las ciencias sociales por hay una implicación más grande por parte del observador que hasta cierto grado es “juez y parte” de lo mismo que estudia hay que platean no pocas cuestiones epistemológicas sobre el valor de los conocimientos adquiridos.

En psicología, la observación es tanto una parte del método experimental con todas las consideraciones ya dichas, como un método en sí mismo por medio del cual se busca observar las conductas de manera natural y espontanea lo cual implica consideraciones de otro tipo que se unen a las ya mencionadas pues, además de que lo observado esta condicionado por el observador y su realidad fisiológica, psicológica e ideológica, también puede llegar a modificar la conducta del observado. Esto es fácil de entender, no es lo mismo cómo se comporta una persona fuera de la cámara a cuando está siendo grabada. Es decir, la presencia del observador puede alterar aquel comportamiento natural que en teoría se quiere observar.

Todo ello, nos ayuda a comprender porque es importante que ya sea como parte del método experimental o como método independiente, se tengan en consideración las diferencias, ventajas y desventajas de la observación en el ámbito de la ciencia psicológica ya que el impacto en la praxis puede llegar a afectar de gran manera no solo un objeto de estudio, sino la vida personal de aquellos a los que se trata de una u otra forma.
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La famosa epojé, suspensión de todo juicio de la fenomenología es una ayuda importante para poder realizar una observación objetiva que nos ayude tanto en el proceso metodológico como en la  praxis de la psicología. En realidad, una buena observación en cualquier ciencia debe considerar la epojé como parte integrante de su método de forma que se pueda percibir la realidad lo más objetivamente hablando al suspender los juicios, creencias y expectativas que condicionan lo observado.

La aplicación de una observación donde se suspende el juicio es de particular importancia en la psicología sin importar la corriente teórica desde donde se aborda el estudio. Lo mismo aplica en el momento en que esta se pone en práctica en la psicología clínica, educativa, laboral, etc. Una observación sin dicha suspensión puede llegar a nublar el juicio del psicólogo al momento de abordar un caso clínico, o cuando realiza una entrevista de trabajo, por ejemplo. Se entiende entonces que la afectación será sobre la vida de personas lo que a su vez nos lleva que una la observación esta intrínsecamente relacionada tanto a cuestiones metodológicas, epistemológicas y éticas que el psicólogo no puede dejar de lado.

Para finalizar, si bien en las ciencias sociales como lo es la psicología no se puede garantizar una observación tan objetiva como en el caso de las naturales, no deja de tener un gran valor metodológico y un buen grado de objetividad que junto con otros métodos ayudan a tener un conocimiento cierto de las acciones humanas siendo por ello muy válida la idea aristotélica que dice que para objetos de estudio diferente métodos diferentes.
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Referencias bibliográficas:
ARTIGAS, M. (1999) Filosofía de la Naturaleza. Navarra: EUNSA
Coon, D. y Mitterer, J. (2010) Introducción a la Psicología.  México: Cengage Learning
Halguin, R.y Krauss, S. (2008) Psicología de la Anormalidad. México: Mc Graw Hill
Silva, A. (2013) Fundamentos filosóficos de la Psicología. México: PAX


martes, 2 de diciembre de 2014

LIBERTAD HUMANA: De la conciencia de sí mismo al bien pleno



Dentro de la ética aristotélico-tomista para que un acto pueda calificársele como bueno o malo, primeramente tiene que ser un acto humano, esto es, un acto que "procede de la voluntad deliberada del hombre...que es realizado con conocimiento y libre voluntad"[1]. La libertad es el carácter o propiedad de dichos actos[2], por ende, cuando se dice que una persona ha actuado libremente significa que ha realizado un acto con advertencia (del acto en sí y de su relación con la moralidad) y consentimiento.
He aquí uno de los principales problemas entorno a dicha concepción de la libertad y, por tanto, del valor con que se califica dicho acto. Si un acto humano debe poseer advertencia y consentimiento[3], entonces dichos elementos deberían ser plenos o al menos suficientes para que la acción se considere libre y, por ello, moralmente calificable. Pero se constata que hay actos humanos que poseen advertencia y consentimiento y, sin embargo, podemos considerar que no son totalmente libres.

La afirmación anterior podría sonar “herética” dado que para la filosofía clásica “el hombre decide de su acción, con conocimiento de causa, en la claridad racional de sus motivaciones y el dominio de los móviles instintivos”[4]; a pesar de ello, es importante señalar que los avances en la psicología, en especial a partir del psicoanálisis, implican una serie reflexión en torno a la concepción que tenemos sobre los actos que consideramos libres, lo que a su vez conlleva una reflexión sobre la responsabilidad moral de los mismos.

Ciertamente es bien conocido que hay obstáculos para el acto humano como lo es la ignorancia, el miedo, los hábitos y las pasiones[5], por lo mismo, se entiende que la libertad humana no es absoluta sino que es limitada. No obstante y teniendo en cuenta dicha limitación, sé está tratando entorno a aquellas acciones realizadas con advertencia y consentimiento (acciones consideradas como actos humanos, por tanto libres) y que, sin embargo, uno puede preguntarse si fue realmente libre al tomar x o y decisión y por ello el grado de responsabilidad moral que tiene.

Lo primero que habría que mencionar es que entonces es posible hablar de grados de libertad puesto que un acto, para ser humano y libre, requiere precisamente la advertencia. Sin embargo, dicha advertencia nunca es perfecta; esto contradice en cierto modo lo sostenido  generalmente en los manuales pues aunque admiten una advertencia plena y otra semiplena (como cuando uno está más dormido que despierto), habría que analizar seriamente que acciones son plenamente advertidas. La concepción de una advertencia plena queda en entredicha desde el momento en que la psicología fue adentrándose en el funcionamiento de la psiqué humana, en particular Freud y su teoría de la represión[6] según la cual hay hechos traumáticos que se almacenan en la parte inconsciente de dicha psiqué y que a su vez dicha parte inconsciente[7] actúa en aquellos actos que creemos hacer “concientemente”.

No obstante la distinción entre consciente e inconsciente que Freud realizó, lo cierto es que “entre los dos mundos hay una relación de <<matiz>> o <<penumbra>>[8] Esto ha llevado a investigar y fomular fenómenos como el de la memoria selectiva y la constancia de la imagen[9]. Esta última de particular importancia para la psicología clínica. Su importancia reside en las consecuencias de acarrea en el ámbito de la libertad el peso que tiene el inconsciente en la toma de decisiones. Por ejemplo, la visión que los niños pueden tener de sus padres puede persistir por años, incluso toda la vida (aún cuando dicha imagen pudiese ser falsa) con sus correspondientes consecuencias psicológicas y sociales. Si esto es así hay que preguntarse cuántas de las decisiones que dichos niños tomen, una vez llegados a la juventud o adultez, son, al menos en el plano existencial, decisiones plenamente libres.

Hay que notar que existe la advertencia de la elección y posibles justificaciones racionales a las mismas (sin mencionar fenómenos como el sesgo de conocimiento) así como el consentimiento de las mismas, pero en el fondo sigue actuando el inconsciente. En este sentido es donde se puede afirmar que la libertad plena solo es alcanzable hasta que uno se conoce a sí mismo lo más profundamente posible, cuando son vencidas las incongruencias y asumidas las vivencias pasadas con sus errores y debilidades, fortalezas y aciertos. Por ello, Carl Jung decía: “Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino

Tal vez un caso paradigmático donde se vea reflejada la diferencia entre la libertad plena y la libertad entendida solo como acto libre y con advertencia es el de los Alcohólicos Anónimos (A. A.). Son bien conocidos casos de hombres y mujeres exitosos, profesionistas y triunfantes que fueron haciendo su vida en base a elecciones libres -según el canon clásico- como ellos mismos dice en el Libro Azul sin por ellos poder evitar caer en el alcoholismo y sólo saliendo de ella gracias al encuentro consigo mismos. Es decir, aunque siempre fueron libres en sus actos según los elementos reconocidos por la filosofía clásica, solamente pudieron llegar a ser realmente libres hasta después de un autoconocimiento y un autoexamen de conciencia, de un volver a hacer consciente lo inconsciente alcanzando así una libertad más plena. El simple acto libre como lo entiende la filosofía clásica los llevó al alcoholismo, el conocimiento de sí los llevó a una libertad superior no sólo porque lograron salir de su alcoholismo, sino también porque las decisiones que ahora toman poseen dicha libertad, dicha conciencia si se le quiere llamar así.

Ortega y Gasset ya lo había mencionado cuando dijo “Yo soy yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo yo[10], es decir, la “libertad humana no se despliega en un vacío absoluto de contenidos o determinaciones…la situación nos insta. Sobre ella se despliega la libertad[11]. Por ello la libertad plena no sé da en actos que cuenten solo con consentimiento y advertencia, requiere algo más profundo, requiere una unión con el pasado personal y la conciencia de la trascendencia de la acción hacia adelante[12]. Bergson, por su parte, señalará que el yo es una unidad en evolución[13], por ello “somos libres cuando nuestros actos brotan de nuestra personalidad total, cuando la expresan[14] Para entender esto, hay que tener presente que se entiende por personalidad “todos los procesos y manifestaciones psíquicas en cuanto son indicación de una unidad individual, de un “todo” comprensible como unidad a través del tiempo, que son vividos por un individuo con la conciencia que se trata de su propio “si mismo””[15]

Es necesario, pues, para que exista un acto plenamente libre, la conciencia sobre la relación de dicho acto con nuestras circunstancias, entendiendo por circunstancias tanto lo que nos rodea como la historia personal misma y nuestra proyección hacia el futuro, lo que bien se conoce en psicología como conciencia de sí mismo[16]. Parodiando a Lonergan, deberíamos decir que se refiere a una advertencia de la advertencia[17].

De aquí se desprende el hecho de que el juicio moral sobre los actos sólo puede versar sobre el acto pero no sobre la persona que los realiza, es decir, se juzga el pecado, no al pecador como popularmente se podría expresar y esto nos lleva a otra consideración: la bondad de una acción o el acto bueno. Para la filosofía clásica un acto es bueno si se tiene conciencia de que es bueno, se hace con esa intención y con los medios rectos y buenos también. El problema, como se ha visto, es la parte de la intención. ¿Hasta qué punto el bien que se hace responde no al bien en sí, si no a la satisfacción de necesidades inconscientes que podrían  distar mucho de lo que conscientemente sostenemos? De ahí la importancia del psicoanálisis y la psicología en general en la depuración de la intención, y en la plena actuación de la libertad. 

Para que un acto sea moralmente bueno debe poseer advertencia, consentimiento, conciencia de sí mismo (alcanzable haciendo consciente lo inconsciente) y de un cuarto elemento: conciencia del valor que mueve la acción[18]. En efecto, justamente en este punto la antropología filosófica, la psicología y la ética se juntan puesto que está última tiene por fin la felicidad del hombre entendiendo ésta (la felicidad) como el perfeccionamiento del ser. Por ende, toda acción que lleve a alcanzar dicho fin debe ser considerado como bueno y valioso, es decir, como un bien que es importante[19] en sí mismo[20]. De ahí se sigue que solamente los actos hechos con libertad plena –como se consideran en el presente trabajo- pueden llevar al hombre a alcanzar dicho fin puesto que el sujeto consciente de sí mismo y de sus motivaciones así como del valor que busca en el objeto de su elección podrá realizar actos que lo perfeccionen como persona a él y a los que lo rodean. Sin embargo, la consciencia de sí mismo conlleva otra grave responsabilidad: aumenta el rango de libertad fundamental y por lo mismo, así como aumenta la plenitud de los actos buenos y de la felicidad, puede aumentar consigo el abismo del no ser del mal, de no elegir el bien que se sabe ya con una conciencia más profunda y por tanto un rechazo explícito del bien. Usando, si se permite, un lenguaje religioso y bíblico, uno se puede convertir de pecador en malvado.  La figura del malvado  no es igual a la del pecador. El malvado es el que ha rechazado explícitamente el bien que conoce, del que es consciente fuera de una situación donde los exista un daño fisiológico que conlleve dicha elección, estamos hablando del plano de la libertad y por tanto donde el peso moral cae con todo su rigor. 

De cualquier forma, aunque exista la libertad plena, al final es relativa. Uno nunca termina de conocerse y por tanto nunca es posible que uno se ensalce como el bien absoluto ni que se llegue al extremo de un malvado absoluto que no tuviese forma, aunque fuese pequeña, de realizar actos buenos.
Sólo quien en plena libertad elige el bien podrá vencer las mil batallas de la vida moral y psíquica en orden a la felicidad.


[1]SADA, R. Curso de ética general y aplicada. Minos, México, 20072, p. 51
[2] Cfr. VERNEAUX, R. Filosofía del Hombre. Herder, Barcelona, 200211, p. 174
[3] SADA, R. Ob. Cit., p. 52-53
[4] SIMON, R. Moral. Herder, Barcelona, 19876, p. 80
[5] SADA, R. Ob. Cit., p. 55-58
[6] Cfr. REALE, G.-ANTISERI, D. Historia de la Filosofía: De Freud a nuestros días (T. VII). San Pablo, Bogotá, 20102, p. 111
[7] Cfr. Ibíd., p. 113
[8] CENCINI, A.-MANENTI, A. Psicología y formación: Estructuras y dinamismos. Paulinas, México, 1985, p. 224
[9] Para profundizar más, véase: MC NEIL, E. La naturaleza del conflicto humano. FCE, México, 1975, p. 74-75
[10] ORTEGA Y GASSET, J. “Obras completas” en: XIRAU, R. Introducción a la historia de la filosofía, UNAM, México, 200914, p. 408
[11] CRUZ, J. Filosofía de la Historia. EUNSA, Pamplona, 20022, p. 87
[12] Cfr. Ibíd., p. 91
[13] Cfr. REALE, G.-ANTISERI, D. Historia de la Filosofía: De Nietzsche a la escuela de Frankfurt (T. VI). San Pablo, Bogotá, 20102, p. 540
[14] Ibídem.
[15] DORSCH, F. Diccionario de Psicología. Herder, Barcelona, 19814, p. 701
[16] Cfr. Ibíd., p. 175
[17] Cfr. LONERGAN, B. Insight: Estudio sobre la compresión humana. Sígueme, Salamanca, 1999, p. 12
[18] VON HIDELBRAND, D. Ética. Encuentro, Madrid, 1997, p. 338
[19] Cfr. Ibíd., p. 34
[20] Cfr. Ibíd., p. 42-69. Se halla un estudio detallado de Von Hidelbrand sobre el tema.